En este post vamos a empezar a tratar un tema que continuará en otros dos posts.
Nos moveremos en el mundo de la publicidad, pero en un aspecto muy concreto de ese amplísimo mundo. En lo que tiene de transmisora de mensajes que tienen que ver con los estereotipos y, en concreto con los de género.
En esta primera se comenta brevemente qué son los estereotipos y de donde surgen.
Los estereotipos ¡ lacra social que estigmatiza a unos colectivos y esclaviza a otros!
Antes que nada, creo que es importante tener clara la diferencia entre estereotipo y arquetipo. A menudo se utiliza uno como sinónimo del otro, pero la diferencia es profunda y muy importante.
Carl. G.Jung acuñó el concepto de “inconsciente colectivo”, que seria el conjunto de elementos interpersonales que comparten un grupo de seres humanos, como la cultura, la idea de arte, las relaciones con otras personas. Y a esos elementos los llamó arquetipos. Así que el arquetipo es el primer modelo o idea compartida. Es un modelo compartido por todas las personas sea cual fuera su lugar de residencia o época; sirve para orientar la acción de otras personas.
El arquetipo designa un conjunto de representaciones y de estados emocionales, establecidos en el inconsciente y con un valor casi universal. En una cultura dada, la imagen arquetípica es colectiva . Y ya en un sentido más general, el arquetipo es un modelo, un patrón original sobre el que se regulan los tipos habituales de la experiencia humana. Un ejemplo clásico es Hércules (foto),el héroe por antonomasia, que realizó 12 pruebas, que le impusieron, sin dejarse vencer por la adversidad.
Por el contrario los estereotipos son “hijos de su tiempo”, así que con el paso del mismo, a veces excesivamente largo, desaparecen.
El estereotipo es una generalización y una simplificación que carece de fundamento; a partir de ciertos rasgos de algunos individuos pertenecientes a un grupo, se salta a descripciones del conjunto, que pueden ser negativas o positivas.
El carácter relacional de los estereotipos es el fundamento de su existencia. De hecho, las identidades, sean sexuales o no, sólo cobran sentido cuando se contraponen o bien con otra identidad o bien con la no-identidad. Por ejemplo el estereotipo basado en el color de la piel; las personas «blancas» son mejores que «negras».
La masculinidad y la feminidad son construcciones relacionales en donde la definición de uno depende de la definición del otro. Aunque lo masculino y lo femenino puedan tener características generales uno no puede comprender la construcción social de cada masculinidad o feminidad sin hacer referencia al otro. Interacción que hará que entre los dos estereotipos se dé una relación de mutua dependencia conformándose así una especie de totalidad, los estereotipos de género.
En el caso de los estereotipos de género hablamos de la idea de cómo tiene que ser una persona únicamente basándose en el sexo biológico bajo el cual ha nacido.
Porque si el estereotipo masculino define al hombre de verdad, el femenino hace a la mujer de verdad. De este modo, si el hombre es duro, la mujer ha de ser blanda; si el hombre es racional, la mujer será emocional; y así sucesivamente en las distintas características que se den.
Puesto que lo que a un estereotipo le falta el otro lo tiene, este planteamiento diferenciador expresa también un orden normativo de complementariedad. Ambos estereotipos se necesitan entre sí.
Un ejemplo de ello sería la identificación del hombre como poseedor del “control” en contraposición con el “descontrol” de la mujer. Esta dicotomía la podemos reconocer rápidamente refiriéndonos al “control emocional”. El ser masculino es su poseedor, no le está permitido que se deje llevar por ellas. Por contra, llorar, “hacer dramas”, “no saber reaccionar en los momentos importantes” son rasgos típicos de la feminidad.
Blancanieves (foto) es un clásico ejemplo de este tipo de estereotipo, niñas miedosas, trabajadoras, buenas, obedientes, cariñosas, delicadas que tienen como premio al príncipe que la rescata.
En el siguiente post, «Percepciones. Estereotipos y Perfumes» vamos a revisar qué «vemos» en una foto que, para mí, es un claro ejemplo de estereotipo de género.